El 24 de junio, cerca de 2.000 migrantes intentaron saltar la valla que separa Marruecos del enclave español de Melilla. Decenas de personas fueron aplastadas además de las que cayeron al derrumbarse parte de la valla. Las fuerzas de seguridad españolas y marroquíes golpearon a los migrantes y les dispararon gases lacrimógenos y bombas de humo. El número de víctimas mortales fue el más alto registrado durante las travesías de migrantes a Melilla, pero la cifra total aún se desconoce y varía entre fuentes oficiales, y grupos de derechos humanos y activistas quienes hablan de hasta 37 muertos y más de 60 desaparecidos. Mientras España y Marruecos siguen defendiendo su brutalidad en el 24 de junio, alegando que la represión estaba justificada para proteger la frontera, los activistas de derechos humanos han acusado a las fuerzas de seguridad de emplear una "fuerza injustificada" contra los migrantes. La investigación de Redfish revela testimonios de migrantes que se encontraban allí en el momento de la tragedia, que acusan a la policía marroquí de apuñalar a algunas personas que intentaban cruzar la frontera, y a la policía española de devoluciones en caliente. <br />